martes, febrero 28, 2006




Cuando mi tía, la que cantaba canciones de Serrat, decidió salir del pueblo por unos días y visitar a sus hijos en Benidorm, se encontró con infinidad de cosas nuevas para ella. A su vuelta nos contaba que lo que más le había sorprendido no era lo grande que era el mar, ni el topless de las extranjeras, ni lo limpio que estaba todo, ni lo alto y lo delgado de los edificios. No. A mi tía lo que le dejó con la boca abierta fueron los inglesillos: tan pequeños y hablaban inglés que daba gusto.




domingo, febrero 26, 2006




No es que quiera convertir este blog en uno de esos blogs técnicos que tanto me impresionaron al aterrizar en este medio. No. Decía Napoleón Bonaparte que "las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo", pues eso es lo que yo hago con los asuntos técnicos: salir corriendo para evitar el rídículo.
Sin embargo, hoy voy a hacer una excepción y, sin que sirva de precedente, plantearé una cuestión que me tiene alucinada. Desde hace unos días recibo correos desde sss_sss_@msn.com, dirección que no es otra que la que Mr. Peep tiene puesta como contacto en su blog, con archivos infectados con virus varios. A ver si hay por ahí un especialista de la informática que me explique cómo se puede duplicar una dirección de correo, y un especialista en salud mental que nos hable de cómo tratar a individuos que presentan esta patología.




jueves, febrero 23, 2006




De los grandes acontecimientos a veces lo que más me llama la atención son cuestiones marginales que suele contar la prensa de pasada. Por ejemplo, cuando el 11-S, me sorprendió lo que aludía a la ocupación diaria de las dos torres. Decían que a partir de las cinco de la tarde sus ocupantes empezaban a abandonarla y que a las seis en punto se cerraban a cal y canto. O sea, que a partir de esa hora todos los que trabajaban en esas torres debían estar en la calle. Fantástico.
Y ahora con el asunto de la gripe aviar acabo de descubrir a los cuervos de la Torre de Londres y su leyenda. Tantos años oyendo eso de cría cuervos y te sacarán los ojos, que en tal mal lugar deja a esos pobres animales, y ahora me entero de que de seis ejemplares de esa raza depende no sólo la estabilidad de la famosa torre, sino la de la mismísima Corona inglesa.




martes, febrero 21, 2006




"De repente, todo es cocina a nuestro alrededor". Eso es lo que afirmaba Vicente Molina Foix en su columna ¿Cocinas o trabajas? publicada la semana pasada en El País. Y seguía diciendo que no sólo en la prensa, con sus recurrentes coleccionables, sino que también en la televisión no se hablaba de otra cosa y habían pasado de ser un relleno de la programación matinal a ocupar el prime time. Y me puse a darle vueltas al asunto y llegué a la conclusión de que los blogs no podemos quedarnos atrás. Si queremos sobrevivir y estar a la última debemos apuntarnos a todas las nuevas tendencias. No podemos quedarnos mareando la perdiz siempre con los mismos temas. No, tenemos que ser punteros y demostrar que podemos tratar cualquier asunto que se nos ponga a tiro.
En un principio pensé en escurrir el bulto, porque como ya he dicho en varias ocasiones tengo alergia a los fogones y la olla a presión siempre me ha parecido un artefacto altamente peligroso. Pero después me dije que nada de excusas, que cada uno debe colaborar con lo que pueda. Así que ahí va mi modesta contribución:

Ensalada Parador (así llamada porque la descubrí en el parador de Gredos)

Ingredientes:
Lechuga
Queso fresco de cabra
Una manzana golden
Un puñado de nueces
Aceite de oliva virgen
Vinagre (si es de Módena, mejor que mejor, ese es mi toque personal a esta receta)
Sal

La lechuga se trocea, la manzana se corta en cuadraditos (con piel o sin ella), el queso se desmenuza y las nueces se echan tal cual (peladas, por Dios, eso sí). Se aliña siguiendo el dicho: un generoso para el aceite, un parco para el vinagre, un justo para la sal y un tonto para remover.

Si es que todo es ponerse, está claro. ¿O no?




viernes, febrero 17, 2006




Hace un par de años compartí trabajo y amistad con una chica veinteañera con la que a pesar de tener poco en común pasé buenos ratos e hice muchas risas. Clara siempre se quejaba de los cuatro o cinco kilos que según ella le sobraban y envidiaba mi buen tipo. Yo le insistía diciéndole que ella era la que tenía una figura estupenda, que yo simplemente estaba delgada, pero no me hacía mucho caso. Un día, sin embargo, su novio consiguió hacerle cambiar de opinión: le dijo que desnuda estaba perfecta, que no le sobraba ni le faltaba nada, que la ropa no le hacía justicia.
Y esta semana he recordado ese incidente al ver a Scarlett Johansson ganarle por goleada a Keira Knightley en la portada fantástica, y manetiana, de Vanity Fair.




miércoles, febrero 15, 2006




Lo primero que hice cuando me subieron del quirófano después del accidente de coche fue ir al baño. Entré con los ojos cerrados y a tientas me hice con la toalla que como suponía estaba colgada al lado del lavabo. Palpé la pared en busca del espejo y cuando lo tuve a tiro coloqué la toalla sobre él a modo de cortinilla y sólo entonces abrí los ojos. Había tenido suficientes emociones fuertes ese día como para querer soportar la vista de una cara recorrida por ciento cuatro puntos de sutura y con un aspecto que nada tenía que envidiar a la de Rocky en sus peores momentos.
Y he recordado este incidente porque ayer Mr. Peep me hablaba de que nunca había reconocido su voz grabada como propia. Eso nunca le había preocupado, me dijo, lo malo es que últimamente empezaba a no reconocerse en las fotos y eso sí le resultaba inquietante. A punto estuve de decirle que cuando no se reconociera en los espejos yo tenía un truco fantástico para hacerlos desaparecer pero, en vez de eso, lo miré y le dije entre carcajadas: "Pues yo te veo estupendo".




sábado, febrero 11, 2006




Han pasado muchos meses desde la última vez que abrí el messenger. Lo descubrí junto con los chats hace poco más de dos años. Siempre había pensado que era cosa de adolescentes y que a mí no me iba a resultar atractivo. Pero, por el contrario, me resultó fascinante y me encontré en mi salsa casi desde el primer momento. Me encantaba ese juego de hablar con desconocidos, aunque prefería no ver sus fotos e imaginármelos a través de sus palabras. Como soy de natural adictiva me enganché durante unos meses y viví situaciones irrepetibles pero poco a poco empezó a parecerme más de lo mismo. Pasado un tiempo esas ventanitas que se abrían resultaban cada vez menos excitantes y más predecibles, probablemente porque tampoco yo tenía la misma chispa que al principio cuando todo me resultaba novedoso.
Sin embargo tengo que confesar que no fue el aburrimiento quién acabó postergando el messenger sino el blog. Tuve la sensación desde el principio de que eran incompatibles. No sabría decir por qué pero sigo convencida de que lo son.




miércoles, febrero 08, 2006




No sé al final como quedará la Ley de la Garantía de la Igualdad entre Hombres y Mujeres, pero creo que debería cogerse el toro por los cuernos e incluir dos medidas que me parecen definitivas:
La primera sería impedir los horarios desmesurados en las empresas que son todo menos productivos. Entrar a las ocho y salir a las cinco con una hora para comer y, así, quedaría tiempo para dedicarlo a los hijos, a los amigos, a la pareja y, sobre todo, a uno mismo. Eso de ir a la empresa a echar horas en vez de a producir resulta decimonónico y creo que es la principal barrera para que las mujeres puedan desarrollar su carrera profesional sin tener que renunciar a todo lo demás.
Lo segundo se me acaba de ocurrir pero es de sentido común. Propongo que se acabe con la baja maternal. Sí, así como lo oís. Creo que las mujeres deberían estar de baja médica los días siguientes al parto, unas más y otras menos según las complicaciones que haya podido haber, si ha habido cesárea, etc. Y en lugar de la baja maternal se crearía una baja por hijo repartida al cincuenta por ciento entre el padre y la madre: ocho semanas para cada uno y sin posibilidad de cedérsela uno a otro.
Eso sí me parece a mí igualdad y no las discriminaciones positivas que se suelen sacar de la manga en ocasiones como ésta.




domingo, febrero 05, 2006




La reciente campaña contra el maltrato doméstico pone otro granito de arena contra una batalla que parece difícil de ganar. Había visto alguno de sus fotogramas, pero hasta ayer no visualicé las 18 fotos del montaje. Y hay algo que me llamó la atención y es el hecho de que a las mujeres de más edad (Lola Herrera, Gemma Cuervo) no les hayan maquillado con magulladuras como a las más jóvenes. Me pregunto por qué razón lo han hecho.
Otra cuestión que también me sorprende es la frase que suelen repetir en este tipo de campañas: "Las víctimas somos todas". Y es que no puedo estar de acuerdo con esta frase. No todas las mujeres son víctimas, lo son las que sufren maltrato y no las que no sólo no se sienten maltratadas sino que se sienten queridas. Y si lo que quieren decir es que compartimos su dolor deberían decir: Las víctimas somos TODOS.




jueves, febrero 02, 2006




Me advertía el otro día el casi siempre lúcido Sr. Dito, de nombre Jody, en un comentario a un post antiguo, de que estoy en una edad muy mala para la seducción. Y no dejo de darle vueltas al asunto. Nunca se me había ocurrido pensar que hubiera una edad mala para eso.