domingo, marzo 15, 2009




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Cuando a los veintidós años me matriculé en Económicas no puedo decir que lo hiciera con muchas certezas. Al contrario, lo único que tenía claro era que quería seguir estudiando pero tanto me daba una cosa como otra. Esa elección quizás se debió a que era muy buena con las matemáticas, o a que entonces ya trabajaba en un banco, aunque no se me pasaba por la cabeza la idea de prosperar laboralmente. En realidad lo que necesitaba era quitarme la espina de haber tenido que dejar los estudios a los quince años para ponerme a trabajar y, por otra parte, ocuparme en algo que me hiciera olvidar lo sola que estaba.
Aunque sacaba buenas notas no se puede decir que aprendiera mucho sobre economía, quizás porque nadie me explicó algo tan árido como el control de existencias de la forma tan sencilla como lo hizo el otro día Leonardo DiCaprio: "Saber lo que tienes, saber lo que necesitas y saber de lo que puedes prescindir".
No os conozco y no puedo saber lo que tenéis, quizás pueda intuir algo de lo que necesitáis, pero sí sé que no deberiais prescindir de estas dos palabras: Revolutionary Road. Y, aunque sólo sea por una vez, sed generosos con vosotros mismos y no os hagáis esa pregunta tan manida de si la novela o la película: daos el gustazo de disfrutar de las dos. Y que os aproveche.