lunes, enero 18, 2010





No sé por qué en esta ocasión decidí ir a ver a Momix. Quizás fue porque su director, Mosen Pedleton, recomendaba la obra especialmente a todos aquellos a los que les entristece la llegada del frío y, claro está, me arrancó una sonrisa porque mis desencuentros con el frío cada invierno son más evidentes.
Sea por la razón que sea por la que fui, lo cierto es que salí tan fría como entré, y en dos horas de espectáculo no me produjeron ni una centésima parte de la emoción que esos chicos de ahí arriba me hacen sentir en un minuto y cuarenta segundos.
Sin embargo, tengo que reconocer que el señor Pendleton debe de ser un tipo bastante peculiar porque a la pregunta de El País Semanal "¿Qué le gusta hacer después de "hacerlo"?, contestó nada más y nada menos que lo siguiente: "Valoro si merece la pena decírselo a mi mujer o no". Y esa respuesta me arrancó no una sonrisa sino una carcajada.