sábado, abril 25, 2009




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"Lo que se contempla es también una ilusión", decía Juan Muñoz, y hay que darle la razón mirando esas figuras suyas que pueblan el Reina Sofía: cómo ríen, cómo se miran en el espejo, cómo cuchichean unas con otras, cómo esperan sentados, cómo se acercan y cómo se separan, casi siempre acompañadas pero sin embargo solas.
"Lo que se contempla es también una ilusión", pensaba el otro día leyendo el post de po y recordando su encuentro. Y es que durante las casi tres horas que pasamos juntas tuve la sensación de estar dentro de una película de Rohmer: porque po es la persona más parecida a un personaje de ese director francés que he conocido en mi vida. Es puro Rohmer: es guapa aunque no sabe que lo es, es inteligente y cercana, tiene una voz muy bonita, es de maneras suaves y tiene un punto parisino, y habla con tanta chispa que a menudo tienes la sensación de que alguien por detrás le está soplando los diálogos.
¡Ah!, y se me olvidaba lo más importante: a pesar de ser gallega habla perfectamente catalán.