sábado, enero 10, 2009




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No sé por qué pero tengo la certeza de que este año va a ser fantástico. Quizás porque la última imagen que me quedó en la retina fue la de esas chicas de ahí arriba moviéndose por el escenario del Teatro de la Abadía.
O quizás porque empecé el año bailando. Ya se lo había advertido a mi hijo esa tarde (a los pre-adolescentes les pone de los nervios ver bailar a sus padres): esta noche, le dije, voy a bailar y no de forma discreta, no, voy a bailar con los brazos para arriba, o sea que ya te puedes ir haciendo a la idea. Y aunque me consta que no le hizo mucha gracia, yo empecé el año como quería: bailando con ganas y entrega. Y con los brazos hacia arriba.