lunes, noviembre 24, 2008






Decía una vez García Márquez que los que no cantan no saben lo que se pierden. Y estoy con él porque viví mi infancia en un pueblo donde la gente siempre estaba cantando. Y no sólo cuando alguien se casaba, o cuando iban a misa, o en Navidad, o cuando tenían unas copas encima... No. Cantaban a cualquier hora y sin ningún motivo, por el puro placer de cantar. Y nunca oí decir de alguien que cantara mal, simplemente unos tenían mejor voz que otros, pero allí no llovía si alguien desafinaba y si hubiera llovido tampoco les hubiera importado. Pero han pasado los años y ahora cantan menos, y bailan menos también.
Y me he acordado de ello leyendo las 16 cosas que me tomó 50 años aprender, porque algunas de ellas tanto da que no las hubiéramos aprendido nunca pero esa que dice A nadie le importa si no bailas bien. Levántate y baila, deberíamos haberla aprendido antes de llegar a esa tierna edad.