miércoles, octubre 15, 2008




"Tenía las piernas demasiado largas para ser ciclista, pero se paseaba por París montado en una bicicleta que había bautizado con el nombre de Aleluya, por aquel París que de buena mañana, con las calles recién regadas, olía a croasán y a pan caliente." Así empieza Manuel Vicent un excelente artículo sobre Cortázar que leí tiempo atrás y que aún hoy, más de dos años después, no he olvidado.
Y si ha permanecido en mi memoria es porque hubo otro párrafo que me llamó poderosamente la atención: ese donde afirma que "No había ninguna chica que, después de leer Rayuela, no soñara con ser la Maga". Y es que creo que este hombre se equivoca. No dudo de que algunas lo desearan, pero muchas de las que conozco con lo que realmente soñamos fue con ser Oliveira.