viernes, octubre 17, 2008




foto



Se llamaba Guillaume Depardieu y murió el pasado martes con sólo 37 años. Le descubrí en una bellísima película sobre Marais, Todas las mañanas del mundo, cuya banda sonora interpretada por Jordi Savall he oído tantas veces que me sé de memoria. Este joven de aire renacentista me recordó al joven Tazio de Muerte en Venecia. Lo que no sabía entonces, pero sí ahora, es que de pequeño aprendió a tocar la viola de gamba, circunstancia que supongo le ayudaría a la hora de rodar esta escena.
Me asombra lo que puede dar de sí un minuto.