martes, marzo 14, 2006




Siempre me ha gustado el cine de autor. Por eso siempre me fijo en quien dirige la peli a la hora de decidir verla o no. Una película de Rohmer siempre será para mí una película de Rohmer y ,hasta incluso teniendo un mal día ese director, siempre habrá algo en lo que cuenta que me interese. El asunto de los actores, sin embargo, me resulta secundario. Me puedo alegrar al ver entre el reparto a Kevin Spacey, por ejemplo, pero nunca voy a ir a ver una película simplemente porque trabaje él.
Y si os cuento esto ahora es porque por fin, y después de mucho cavilar, creo que puedo responder al que me preguntaba por correo sobre si yo creía que el tamaño importaba. Aunque antes de nada tengo que aclarar que quizás mi corresponsal y yo estemos hablando de cosas distintas, porque os confieso que a mí en cuestiones de sexo el órgano que más me ha interesado siempre ha sido el cerebro. Y por supuesto que en este caso su tamaño sí importa. Y mucho.