miércoles, diciembre 14, 2005




Cuando Figo jugaba aún en el Real Madrid a veces coincidía con él en el parque infantil al que acudía con sus hijos. La llegada del futbolista era todo un espectáculo: las madres se quedaban con la boca abierta mirando a Figo y los padres no perdían de vista a la rubia mujer del jugador. Mientras, los críos aprovechaban ese respiro para tirarse por el tobogán de forma poco ortodoxa o para ponerse de pie en los columpios sin que nadie les recriminase.
Mi hijo, además de hacer de las suyas, debió mirar a la chica en alguna ocasión, porque ayer después de ver a la mujer de Raúl y a la de Karembeu me hizo la pregunta del millón: ¿por qué las mujeres de los futbolistas son siempre guapas?