domingo, octubre 23, 2005




La manía de hacer los teléfonos móviles cada vez más pequeños está consiguiendo que las ciudades parezcan un deambular de zumbados que hablan solos. Y es que está claro que los que diseñan ese admíniculo son hombres. No se han dado cuenta de que esos aparatos no pueden sujetarse con el hombro al ser tan enanos, de que se les escurren de las manos a los abuelos y de que a los únicos que les beneficia ese pequeño formato es a ellos, que pueden guardárselo en su bolsillo sin que apenas abulte. Nosotras, las chicas, solemos llevar unos bolsos fantásticos donde meter un móvil de tamaño mediano o lo que se nos ponga por delante.
Pues bien, estamos de suerte porque, por fin, alguien ha pensado en nosotras y desde ya podemos sacar este fantástico auricular de nuestro bolso cuando cuando suene el móvil. Y es que en esta ocasión el asunto del tamaño sí importa. Y mucho.