martes, septiembre 20, 2005




Hace unos días leí una entrevista a Candela Peña, en la que hablaba de su última película: Princesas, y de las relaciones que estableció con varias prostitutas para preparar su papel. Contaba que una de las cosas que más le habían sorprendido fue el enterarse de algo tan obvio como de que los hijos de esas mujeres también hacían la Primera Comunión, y de que finalmente, trabajan por dinero, como hacemos la mayoría.
A mí, que las tuve debajo de mi balcón durante años, y que escuchaba sus conversaciones como si estuviera a su lado, lo que más me sorprendió fue saber que en esos eventos se hacían regalos. "¿Qué le hemos comprado?", las oía de vez en cuando preguntarse unas a otras y reclamarse el dinero para pagar el regalo común. Vamos, como en cualquier trabajo.