domingo, julio 10, 2005




Un informe del CSIC mantiene que las mujeres trabajan a diario una hora más que los hombres, si sumamos las horas que ambos dedican al trabajo remunerado y al hogar. Y esa desigualdad se da porque las mujeres siguen dedicando más horas al trabajo doméstico que sus parejas. Dice Mª Angeles Durán que ese es "el precio de la libertad" que están pagando las mujeres. Y yo me pregunto por qué lo hacen: ¿porque no tienen otra opción?, ¿porque no quieren abandonar esa parcela de poder tan femenina que es el hogar?, ¿porque acaban tirando la toalla ante las resistencias masculinas a considerar las labores del hogar asunto de todos?, ¿porque les gratifica sentirse imprescindibles en el ámbito doméstico?, ¿por no discutir?, ¿porque se siguen sintiendo responsables de que su marido vaya hecho un pincel?
Y también me pregunto por qué estos estudios siempre concluyen que las pobrecitas mujeres se sienten discriminadas en su casa y sus impresentables maridos se aprovechan: ¿Es que no somos adultas? ¿A qué estamos jugando?