viernes, julio 29, 2005




Cuando en marzo del año pasado descubrí los blogs y escribí mi primer comentario lo firmé con el seudónimo de Dominique. Y ese fue mi nombre durante las semanas siguientes. Un día quise poner un comentario subido de tono a pab y me di cuenta de que Dominique era demasiado pudorosa para colocarla en esa tesitura. (El comentario era esa tontería de: Si quieres sexo tradicional pulsa el 1, si quieres sexo oral pulsa el 2, si quieres sexo anal pulsa el 3, si quieres un 69 pulsa el 4, si quieres sexo duro pulsa el 5, si quieres sexo en grupo pulsa el 6 y si quieres todo eso, y un poco más, pulsa mi número de teléfono.)
De repente me vino a la memoria el nombre de Bo Peep y me encantó su sonoridad. No sabía donde lo había leído, pero me recordó a Betty Boop y decidí que la Dominique descocada se llamaría así. Y continué comentando utilizando un nombre u otro según fuera de recatada o de atrevida. Un día entré en Google y me quedé de piedra con lo que leí: Bo Peep era una pastorcilla en la película Toy Story. Vaya, pensé, ni me gustan las ovejas ni la estética disney es precisamente algo que me atraiga, pero ya era demasiado tarde porque me había encariñado con ese nombre y me sentía identificada con él.
Cuando un mes después abrí este blog convivieron ambas durante los primeros posts pero poco a poco Bo Peep acabó fagocitando a la francesita y quedándose en exclusiva con la falda roja. Y a estas alturas si mantengo el blog abierto es, en cierta medida, más por ella que por mí. Como a un niño al que te apena retirarle su muñeco preferido, aunque empiece a estar desgastado y hasta un poco sucio.