miércoles, julio 20, 2005




Aunque no suelo padecer arrebatos blogueros, reconozco que, en ocasiones, he confesado a La Petite Claudine que cuando sea mayor quiero ser como ella. Y no es un comentario gratuito, en absoluto. A veces hablando con Mr. Peep de las excelencias de esa chica le he comentado que algo tenía que ocultar porque no podía ser tan fantástica como yo la veía. Mr. Peep siempre me contestaba con esta pregunta: "¿Ocultamos nosotros algo acaso?" Y, claro, tenía que callarme, pero seguía dándole vueltas al asunto.
Ayer, por fin, vi un par de fotos de ella (los enlaces están en su post del día 19) y está claro que es casi perfecta: su cara no puede disimular lo lista que es y tiene un estilazo que arrasa. Y es que, aunque nos cueste creerlo, a veces es oro lo que reluce.