lunes, junio 13, 2005




Hace un par de semanas estaba con mi hijo en la piscina de mi casa y se me acercó la madre de uno de sus amigos. Venía a proponerme que me apuntara al campeonato de pádel femenino que cada año organizan en nuestra casa. Le contesté que se lo agradecía pero que no había cogido una raqueta en mi vida con lo que era bastante complicado que pudiera acompañarlas.
Insistió aduciendo que algunas de las que participaban eran principiantas y apenas sabían jugar, pero yo también me reafirmé en lo dicho y apostillé: "Además, a mí si no tengo probabilidades de ganar no me interesa". Desde entonces noto que me mira raro.