viernes, mayo 27, 2005




Muchas noches se repite la misma escena. Yo me siento frente al ordenador en el estudio a dar de comer a mi blog y él se sienta en el salón frente a un canal de cable a ver videoclips. La música me llega unas veces baja, otras normal y otras muy fuerte cuando la ocasión lo requiere. En un momento dado le oigo decir ¡tu canción! y atravieso el pasillo corriendo, me siento en el sofá con la espalda recta y las manos sobre las rodillas y clavo la vista en la pantalla en blanco y negro. Ella canta y dice: "Malo, malo, malo eres..." y "Tonto, tonto, tonto eres..." y no puedo apartar mis ojos de los suyos.

Gracias, Bebe.

(He recuperado este post de junio del pasado año por dos razones. La primera porque este vídeo ha ganado el Premio de la Música al mejor videoclip en su novena edición y la segunda porque mi hijo me ha enseñado que se puede poner un enlace a un vídeo y me apetecía hacer el experimento.)