lunes, mayo 16, 2005




Me di cuenta de que había empezado a madurar el día en que dejé de gastar energías en despotricar contra lo que no me interesa. Las revistas del corazón, por ejemplo, a mí no me seducen pero entiendo que pueda haber gente que disfrute con ellas. El fútbol no me atrae, pero me parece magnífico que haya gente que se apasione por él. Las series de nuestras televisiones normalmente me resultan aburridas pero no tengo nada en contra de ellas. No las veo y punto.
Sin embargo, reconozco que hasta en los sitios más insospechados se pueden encontrar auténticas joyas. Por ejemplo en la serie Aquí no hay quien viva se escuchan a veces los diálogos más inteligentes y vitriólicos que se escriben en lengua castellana. Y en la revista ¡HOLA! encontré lo que más me ha interesado de la boda de Carlos y Camilla, historia que dicho sea de paso me parece de película, o de novela, más allá de la realeza de los contrayentes.
Aunque apenas se le dio importancia, al enlace acudió su ex marido junto con su actual compañera, algo impensable en nuestro país, donde no sólo hubiera sido imposible que acudiera a la boda del príncipe el ex de Leticia, sino que ni siquiera fue invitada la actual mujer del padre de la novia. Pues bien, esa revista publicaba una foto en la que Mr. Parker-Bowles, con una sonrisa, le hacía un discreto gesto cómplice a Camilla que encerraba un "Por fin, lo conseguiste" que me resultó sorprendente.