Siempre me ha interesado mucho la gente. Cuando conozco a alguien saco todas las antenas: lo escudriño, lo observo, le hago preguntas (y a veces me paso, lo sé), miro cómo se mueve, cómo gesticula, busco sus ojos, lo escucho, y para cuando nos separamos ya tengo una idea formada de cómo es esa persona.
Antes compartía esas impresiones con otros, pero casi todos me recriminaban mi ligereza y me decían que en unas pocas horas era imposible conocer a alguien. Así que aprendí a callar aunque me di cuenta de que esa primera impresión era casi definitiva y que sucesivos encuentros sólo servían para matizar lo que ya sabía.
Algo parecido me ha ocurrido en este mundo blogueril. Necesité leer pocos posts de elpicolapepa o de cetmc para darme cuenta de que eran dos tipos con una calidad humana y un sentido de la ironía fuera de lo común, o para intuir que Marta (La Petite Claudine) y Antonio (Elástico) eran dos personas extremadamente inteligentes y de gustos refinados. Y puede que me equivoque, pero me da que no.