miércoles, abril 27, 2005




Siempre he sido de la opinión de que el instinto maternal es un mito que no se sostiene. Las pretendidas habilidades innatas de las mujeres en el cuidado de los hijos no dejan de ser una majadería: en cuanto los hombres se han puesto a dar biberones o a cambiar pañales ha quedado demostrado que si quieren, pueden.
Lo que parece ser un hecho comprobado, además, es que los bebés cuando salen a la calle con los padres se ensucian menos que cuando son sus madres las que les acompañan. Esto no lo he sacado de ningún estudio o similar sino que es una conclusión a la que he llegado yo solita. Y si no, fijaos en que las tablas de cambiar pañales siempre se encuentran en los servicios de señoras. Por algo será, ¿no?