domingo, marzo 13, 2005




A ver: esto empezó con un post de crucecitas, nada más. Ni alusión a gobiernos o partidos, ni alusión a otros muertos ni interpretaciones. Era un mero gesto, como el de tantos. El comentarista dijo, entre otras cosas: "lamentable, pero previsible...tanto el vil atentado como este campo de cruces". Y yo me dije: "Vaya, ya me está regañando alguien que posee la Verdad, y que no se deja embaucar por la charlatanería política interesada, como yo, que soy una ingenua, Alguien Que Sí Que Sabe". Me fastidió eso de "lamentable y previsible", que me sonaba a prepotente, de listillo.
Y a esto hemos llegado. A que el comentarista se toma la molestia de contestarme para despertar mi conciencia "anestesiada", dice, otra vez con singular prepotencia y voluntad didáctica, y la de otros: la Verdad Revelada, vamos. Y de paso nos cuenta algo de su currículo, recubierto de palabras nobles: "He luchado y sigo luchando y seguiré luchando contra el fanatismo, la intolerancia, la justicia, la soberbia, la discriminación, la censura, la falta de libertad, la intransigencia, la corrupción, y también contra la necedad, la cobardía, la ignorancia, la omisión, la defección, la indiferencia y la inacción". (Ufff, sin aliento me he quedado. Como me gustaría poder aplicarme sin sonrojo a mí misma tal enumeración).
Notable descubrimiento, nos señala que los políticos siempre han manipulado a las masas, agitando algún espantajo para infundirles miedo y mantenerlas calladitas y en sus casas, y se remonta, en un revoltijo indiscriminado, hasta los bárbaros. Sin duda, este fino análisis será merecedor de reconocimiento y aplauso internacional. Mira : eso es de Primer Curso de Rebeldía, plan antiguo, y no sé si te darían un aprobado raspado.
Yo había dicho que no todos los muertos son iguales. Se lo "he puesto en bandeja", dice, y su respuesta es "premeditadamente demagógica". Ciertamente, es demagógica. Un psicópata atenta contra la vida de sus víctimas; los terroristas, los de la mochila o la bomba lapa, atentan contra la vida de sus víctimas y, además, contra un sistema de convivencia, con todos los defectos que tú quieras, que quieren cambiar por otro a fuerza de bombazos. No estamos hablando aquí del dolor personal de los deudos, en cada caso, sino de la agresión contra una forma de vivir. Pilar Manjón puede discrepar del tratamiento que al asunto le ha dado la Comisión del 11-M, con razón, o no, pero los terroristas no buscaban atentar contra su hijo, en concreto, ni contra ninguna de las otras víctimas, simplemente, les tocó. El objetivo era nuestra sociedad, y por tanto me asiste el derecho a hacer duelo, a protestar y a defenderme. (Por cierto, lo de que el tipo del naipe había estado en Yugoslavia lo sabe todo el mundo que lea la prensa).
El "me lo has puesto en bandeja" me hace pensar que has leído mi respuesta buscando pillarme, y ése no es el mejor talante para una discusión. Y aludes a mi "modo de vida" de forma peyorativa, como si la defensa de nuestro sistema de convivencia, que yo había concretado en libertad de pensamiento y expresión e igualdad ante la ley, entre otras muchas virtudes, se refiriera a privilegios de clase. No, no se trata de conservar el piso o el coche (aunque el mío tiene trece años, y le tengo cariño), sino de poder comprar varios periódicos que opinen de forma opuesta, de no caminar tres pasos detrás de mi marido, de elegir a quien me gobierna, con mi papeleta, porque las teocracias no me gustan nada, y no quiero que me las impongan, y de tantas otras cosas.
Y finalmente no comentas mi último párrafo, "en mi beneficio". ¿He de estar agradecida? ¿Debería temer tu ira? Sabes, me suena a perdonavidas condescendiente, o a paternalismo. Y las dos cosas son detestables.