lunes, marzo 07, 2005




Hay algunos autores a los que nunca me he acercado por una razón muy simple: me caen mal como personas. No discuto que sean capaces de construir una historia interesante y hasta quizás innovadora, pero desde el momento en que no despiertan mis simpatías pierdo todo interés por su obra. Me pasó con Cela, por ejemplo, y me sigue pasando con Pérez Reverte o con el baboso de Juan Manuel de Prada.
Quizás esa sea la razón por la que no puedo volver a visitar un blog cuyo dueño o dueña me da grima, independientemente de lo calidad de sus textos. Y por eso me cuesta entender el que me visiten personas a las que me consta que no les caigo bien, personas que vía mail me han puesto a caldo y que increíblemente concluyen sus cartas con un: "Eso sí, te seguiré leyendo porque me gusta como escribes". ¿Alguien puede explicármelo?