¿Alguno de vosotros está cansado del tiempo, complicaciones y gastos que supone tener una novia? ¿O molestos por las dificultades para encontrar una? La solución a vuestro problema está a la vuelta de la esquina. El jueves pasado leí en el suplemento del New York Times una noticia que me dejó de piedra. Dentro de pocos meses los chicos podrán disponer en su móvil de una novia virtual por el módico precio de seis euros mensuales (flores y bombones virtuales aparte, claro está). La chica en cuestión se llama Vivienne, es sexy, coqueta y bromista, y ¡asombraos! puede conversar sobre 35.000 temas distintos.
Sus creadores parecen haber pensado en todo: sólo se podrá disfrutar de ella una hora al día para evitar cuelgues; la puedes convertir en tu esposa incorporando a la familia virtual una suegra que te incordia a medianoche para interesarse por su cibernética hija, pero curiosamente Vivienne nunca se desviste y no llega más allá de soplar besos. Me da que los cerebros que están detrás de todo esto necesitan unas lecciones urgentes de psicología masculina.
Yo no sé vosotros pero yo creo que esta chica o cambia o no se come una rosca.