Me he quedado con la boca abierta. Después de años de relación acabo de enterarme de que para mi marido su ideal de mujer es que sea dulce, cariñosa y obediente. Y me lo dice justo antes de irse de viaje como esperando a que a la vuelta sea ese dechado de perfecciones el que se encuentre en la casa.
Lo de ser dulce lo tengo complicado, no creo que sea un adjetivo que me defina y salvo mi pasión por la repostería poco más puedo aportar, pero podría intentarlo y en último extremo impostarlo, total no creo que sea tan difícil. Lo de cariñosa lo cumplo con creces, tampoco es que llegue al empalago, pero sí suelo ser afectuosa con propios y extraños. Pero el verdadero hueso duro de roer es lo de conseguir ser, o parecer, obediente. Por más que me esfuerce no voy a lograr engañar a nadie (y menos a él), además soy una discutidora nata y no me veo ejecutando órdenes sin rechistar. Estoy pensando en plantearle una alternativa, que cambie lo de obediente por otro atributo que esté más a mi alcance y a él a su vez le resulte atractivo. Admito sugerencias.