miércoles, febrero 09, 2005




El año pasado mi blog no se tomó vacaciones en verano. Nadie supo decirme cuantos días me correspondían, si podía elegir agosto, un mes muy goloso, o si había turnos como en las farmacias para no dejar esto desatendido. Así que me dejé mis buenos euros en los cíber de los hoteles donde me alojé, colgando posts previamente escritos, porque no me parecía de recibo salir corriendo sin más. A mi regreso me di cuenta de que aquí el personal hacía lo que le daba la gana, unos avisaban de que cerraban el quiosco por unos días pero la mayoría dejaba de escribir y punto.
Cuando ya creía saber cómo se gestiona aquí el asunto de las ausencias voy al blog de pablo y me encuentro con que ha entrado en estado de letargo. A ver, que alguien me explique qué es eso. Dándole vueltas he llegado a la conclusión de que será como una especie de excedencia, pero desconozco si hay que llevar un tiempo mínimo posteando para poder disfrutar de ese privilegio. Lo más probable es que sea una argucia de pab para no dar palo al agua, cosa que no me sorprendería porque, aunque sea casi una recién llegada, no se me escapa que aquí lo que hay es mucho descontrol y mucha vagancia. No quiero ser pesada, pero o nos disciplinamos un poco o esto se nos va de las manos. Y luego no me digáis que no avisé.