sábado, enero 15, 2005




Lo que me resultó ofensivo de mi visita a la Casa Batlló:
- Los textos de la audioaguía. No se limitan a informarte como deberían, sino que además pretenden descubrirte la belleza de lo que estás viendo y, lo que es peor, traducirte las emociones que supuestamente han de embargarte.

Lo que me sorprendió:
- Encontrarnos en la segunda planta a una pareja con un carrito de la compra esperando el ascensor (sólo se ha desocupado para ser visitado el primer piso y la azotea) y ver las miradas de desprecio que dirigían a los turistas que les estaban invadiendo su escalera, cuando es obvio que ha sido decisión de los vecinos y esa iniciativa les va a reportar un suculento botín para repartir entre ellos, vista la afluencia de visitantes y lo desorbitado del precio de las entradas.

Lo que me encantó:
- Que mi hijo se iniciara con la cámara digital y disfrutara fotografiando cada detalle. Al salir escribieron en el libro de visitas con una letra redondita: Edu, Madrid, 9 años, fotógrafo y debajo con una letra más definida: David, Madrid, muchos años más, su padre.