lunes, enero 31, 2005




Hay ciertas personas a las que me cuesta lo indecible soportar:

-Las que dicen que son buenas pero no tontas.
-Las que dicen que por las buenas son muy buenas pero que por las malas...
-Las que van de sinceras por la vida.

A estas últimas no sólo no las soporto sino que las temo. Cuando alguien se me acerca y me dice: "Si quieres que te sea sincera...", siempre le contesto lo mismo: "Quita, quita" y salgo por pies. Esos sinceros que te dicen que qué mala cara tienes hoy, que qué pena que no midas diez centímetros más, que tu marido parece mucho más joven que tú o, en este mundo blogueril, que te han leído post mejores. Hombre, pues muchas gracias por abrirme los ojos pero no era necesario. Sólo que si me pusiera tiquismiquis colgaría uno de cada quince o veinte de los que escribo. El resto son puro relleno, pero también soy yo (o quizás más): sosa, aburrida, monotemática, mirándome el ombligo o divagando sobre gilipolleces.