Desde siempre he oído lamentarse a unos y a otros, al conocer a la recién estrenada pareja de su hijo, hermano o amigo, porque según ellos su hijo, hermano o amigo se merecía más, infinitamente más. Este tipo de manifestaciones siempre me han arrancado una sonrisa mitad comprensiva mitad irónica.
Desde que oí a Julian Barnes mantener que "cada uno tiene la pareja que se merece" ya no me siento tan sola.