Ayer no fui a trabajar. Me tomé un día libre para dedicármelo a mí misma, quería visitar sin prisas la exposición sobre los prerrafaelitas y me apetecía deambular sola por las salas de La Caixa. Esta fue mi experiencia:
1. Al entrar me di cuenta de mi error: más público del esperado y lo que es peor dos grupos con cacatúa incluida (o sea guía). Eso sí, a los visitantes se nos exigía un riguroso silencio.
2. Unas bellísimas acuarelas, en especial las de Willian Holman Hunt. Son auténticas miniaturas y si te acercas te quedas enganchada con cada detalle.
3. Una Ofelia de Millais que vista desde menos de dos metros pierde todo su dramatismo. Quizá la pasión por el detalle y por trabajar del natural de estos pintores fuera la causa de esa viveza que ciertamente muestra la modelo. La pobre muchacha permaneció largas jornadas en una bañera llena de agua posando, pero ese cansancio no bastó, a mi entender, para hacerla parecer un cadáver aunque sí para que su salud se resintiera.
4. Dos de los pintores cuyas obras se exponen eran mujeres: Joanna Mary Wells Boyce que murió de parto a los treinta años y Rosa Brett que tuvo que dejar de pintar para ocuparse de sus padres. De un plumazo se me quitaron las ganas de ser una mujer decimonónica.