Según Benjamin Disraeli: "Lo verdaderamente mágico del primer amor es la absoluta ignorancia de que alguna vez ha de terminar". Pues bien, a partir de ahora se rompió la magia y la máxima de Disraeli ha perdido vigencia: acaban de descubrir que nuestro sistema nervioso es incapaz de aguantar un amor de más de 30 meses. Si durara más de dos años y medio nuestro sistema hormonal y endocrino se vendría abajo. Claro que están hablando de pasión y deseo, el otro amor sí puede ser eterno.
A mí esto de que sea bioquímicamente imposible como que me tranquiliza, si es algo científico pues se acepta y ya está. Lo que me jode son las energías que hemos gastado para luchar contra la rutina, para sorprender a tu pareja cada mañana, para seguir despertando el interés del otro, para mantener viva la seducción, por no hablar del dinero gastado en lencería fina, y total para que ahora nos digan esto. ¿A quién hay que reclamar?