El sábado por la noche no pude contener las lágrimas en el cine. La película se titulaba Antes de atardecer y narra el reencuentro, nueve años después, de una pareja que sólo compartieron unas horas juntos en un viaje de tren. Quedaron en encontrarse meses después en Viena, pero ella no pudo acudir y nunca pudieron ponerse en contacto porque desconocían todo sobre ellos.
El domingo pasé el día en Faunia. Allí, en un anaquel, descubrí una mariposa de nombre Pavonia que no conoce la melancolía de los amores extraviados. La mariposa nocturna macho es capaz de percibir el perfume de su amada en un radio de once kilómetros. Cuando el deseo le apremia no tiene más que remontar el vuelo y reencontrarse con ella.
Lástima que el protagonista de la película de Richard Linklater no tuviera las capacidades olfativas de esa mariposa. Eso le hubiera permitido disfrutar de la risa tan cautivadora de esa chica. Al menos durante algún tiempo.