Cuando a alguien le nombran ministro, por ejemplo de Agricultura, muchos se asombran de que la persona elegida no tenga ni la menor idea del asunto agrario. Veamos, ese asombro es incomprensible porque de lo que deberían de preocuparse es de si tiene un buen equipo en el que apoyarse o no. Por ejemplo, alguien como Ruiz-Gallardón puede ser alcalde de Madrid y no conocer al detalle ciertos asuntos de su municipio, y no pasa nada de nada, para eso tiene una cohorte de especialistas que lo saquen de un apuro.
La semana pasada tuvimos un ejemplo de esto último cuando Gallardón anunció el ensanchamiento de las aceras de la calle Serrano. Segun el diario El País: "Ni el alcalde ni el consejero delegado de Economía, Miguel Angel Villanueva, pudieron precisar si la reforma implica reducir los actuales cinco carriles de circulación. No obstante, responsables municipales reconocieron que sería imposible ensanchar aceras si no es a costa de reducir calzada".
Hombre, Gallardón, delegar está bien, pero delegar el sentido común..., no sé, no sé.