domingo, octubre 17, 2004




"A sus quince años, Christopher Boone conoce las capitales de todos los países del mundo, puede explicar la teoría de la relatividad y recitar los números primos hasta el 7.507, pero le cuesta relacionarse con otros seres humanos. Le gustan las listas, los esquemas y la verdad, pero odia el amarillo, el marrón y el contacto físico".

No sé si fueron estas líneas escritas en la contraportada de la novela, el atrevimiento de la editorial de ponerlo a la altura de Holden Caulfield o la frase de Ian McEwan calificándola de "soberbia", lo que me hizo comprar El curioso incidente del perro a medianoche. Sea lo que fuere, ha sido todo un descubrimiento y he disfrutado los tres últimos días como una enana. Es una verdadera delicia y encontrar libros así te reconcilia con la lectura y con la vida.

Sólo hay una cosa que no me ha gustado de la novela. El protagonista es capaz de resolver el Buscaminas Experto en sólo 99 segundos y yo tengo mi récord personal en 127 segundos. Me ha matado.