miércoles, octubre 27, 2004




En el mes de agosto ocurrió una cosa curiosa en mi casa. Unos vecinos habían comprado un enano de jardín para su casa de la sierra y lo dejaron al lado de la garita del conserje mientras descargaban el resto de las compras. Cuando fueron a recogerlo el enano había desaparecido. Pusieron un cartel diciendo que, por favor, les devolvieran al enano cogido por error, entregándoselo al portero o dejándolo justo donde lo habían encontrado, pero sin éxito.

Hoy he descubierto que hay una Asociación para la Liberación de los Enanos de Jardín, y empiezo a entenderlo. Eso sí, ya le he dicho a mi enano, que tiene nueve años, que ni se acerque al jardín, no vayamos a tener un disgusto.