jueves, septiembre 02, 2004




"Me voy a echar novia porque me sale más barato". Esta aguda reflexión me la soltó de buena mañana un auxiliar que trabajaba conmigo en el banco y que nunca dejaba de sorprenderme. Le pedí que se explicara y me dijo que las tías, cuando quedas con ellas sin ser pareja, siempre esperan que paguen los chicos y que con la novia se puede llegar a un acuerdo de que pague cada día uno. Me pareció un argumento tan de peso como cualquier otro para emparejarse y tuve que darle la razón: muchas tías se pasan dejándose invitar.

Pero cuando realmente me di cuenta de que era un tipo muy peculiar fue cuando lo de la rueda de repuesto. Se la habían robado una noche mientras tenía aparcado el coche a la puerta de su casa y pagar la parte que no le cubría el seguro le dolió enormemente. Y decidió que una y no más. A partir de entonces todas las noches abría el maletero, cogía la rueda y se la subía a su casa. Finalmente desistió, no porque se le pasase la neura sino porque empezó a salir con una chica de su portal y ella se lo pidió. No por ella, que lo entendía perfectamente, según le dijo, sino por sus padres, que eran un poco chapados a la antigua.