La mayoría de las cosas hay que hacerlas en su momento, dicen. En mi caso eso nunca lo he llevado a la práctica, he hecho las cosas cuando ha sido mi momento, ni antes ni después. He vivido sola con 21, he aprendido a montar en bici con 22, he ido de lolita con 28 y he soportado clases soporíferas en la Facultad con 31.
Y, como decía Picasso, "cuando me dicen que ya es demasiado tarde para hacer algo, me pongo de inmediato con ello".