Siempre he sido muy cauta con los relecturas y otras recuperaciones. Tengo miedo a que no me fascinen como lo hicieron la primera vez y a que ese recuerdo se desdibuje. Por eso, no puedo ir al concierto de Bebo Valdés y Diego el Cigala del viernes. Disfruté de ellos en diciembre pasado y sé que no sería lo mismo. Me conformaré con escuchar, una vez más, un disco que me sé de memoria y con releer lo que escribí a un amigo a la mañana siguiente del evento:
"Unai,
El concierto de anoche fue memorable. Me emocioné, me estremecí, reí, lloré y eso, como sabes, no se vive muy a menudo. Al acabar hubiera necesitado cinco minutos de títulos de crédito para recomponerme y volver a la realidad, poco a poco. Me hubiera gustado más ese recogimiento, pero un auditorio exige otras puestas en escena, así que me levanté, como toda la sala, y despedimos a esos chicos como se merecían. Un auténtico lujo."