Se busca DETRACTOR/A
Dominique y yo, Bo, vamos a cumplir cien días cibernéticos. Como ocurre en el caso de los Gobiernos, ya nada será lo mismo. Se acabaron los paños calientes, los comentarios del tipo "bonito post, bonita falda": de ahora en adelante tendremos que estar preparadas para lo que venga: lisonjas, risitas y complicidades, pero también cajas destempladas, salidas de tono, correos amenazantes, descalificaciones gratuitas y de las otras, comentarios con mala baba...
No nos dan miedo los detractores. Ningún miedo. Pero sí nos asustan los aficionados: nos merecemos un buen detractor o detractora, profesional. Por eso, antes de que surjan espontáneos queremos ofrecerle la plaza a alguien que sepa qué se trae entre manos: que denigre con criterio, con ganas, un ejemplo para tanto advenedizo. Lo cuidaremos, lo mimaremos y le daremos motivos para la burla, el escarnio y, eventualmente, el insulto puro. Queremos que se sienta realizado.