Creo que mi blog corre peligro. No se trata de que me aburra escribiendo (me divierto un huevo), ni de que la adicción me domine (ya lo tenía previsto), tampoco tiene la culpa Dominique (le encanta estar en un segundo plano). Se trata de mi pareja.
Dice que pasa por todo: por mis provocaciones, por mis coqueteos, por mis relatos pretendidamente sados, por mis juegos, por que muestre las piernas, por mis veleidades de mujer seductora... Pero, me ha dicho, que por lo que no pasa es porque no tenga un estilo definido. Cada uno de tus textos (post, para nosotros) parece escrito por una persona distinta, me ha recriminado. Sabes que soy una mujer plural, me he defendido. Ha soltado una carcajada y me ha dicho que tengo esta semana de plazo. Y en ésas estamos.